martes, 11 de noviembre de 2008

Viajaré alguna vez.

Mis hermanas siempre me preguntan si viajaría sola. Yo digo que sí, sola con un par de maletas porque no he aprendido a empacar. Mis visitas a los aeropuertos aún son escasas y por eso me gustan, si mi vida dependiera de itinerarios quizá cambiaría de opinión.

¿A qué hora es el atardecer en París? No lo quiero googlear, prefiero mantener la pregunta abierta y responderla, algún día será, no lejano, no cercano con cruz en el calendario.

La noche pasada no dormí, ví el lechoso amanecer. Mi sobrino es feliz con los jueguitos de una página para niños, cartoon network o algo así, aunque su madre sufre para explicárselos y él es más bien impaciente ante una conexión lenta. Los niños no aprendieron la paciencia que sólo puede ser adquirida al ver cargar una página como un telón cayendo o al imprimir hojas en rollo rayita por rayita.

La familia solía viajar junta. Hace mucho.

Quiero elegir solita qué lugares visitar.

2 comentarios:

  1. Tengo una foto de prueba que en Praga el sol comienza a ponerse a las 3 de la tarde. En ningún momento del tiempo que estuve por tales lugares dejé de preguntarme qué pedo con eso. El día se te acaba antes de que siquiera empieces a entender.

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  2. Viajar sola es rico. Yo lo he disfrutado un montón. Yendo a donde quiero, por donde quiero y como quiero. Lo malo es cuando ves algo que te parece increíble y no tienes alguien cerca a quien decirle "wow... qué maravilla"... Pero siempre queda el recurso increíble de la fotografía para guardar esos momentos. Y París... uff... es genial para recorrerlo caminando.

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