miércoles, 3 de octubre de 2007

Ya no puedo escribir con cuentitos que antes me parecían bien y ahora me avergüenzan por absurdos. De hecho, ¿qué no lo es?, la vida misma es absurda. Lo que uno escribe en su espacio debe ser reflejo de algo, de lo que quiere mostrar, lo mío qué será, ay penita, díganme algo bueno y levántenme el ánimo, parece pero no, de hecho lo detesto. Hay mucho de real pero casi la mitad es mentira, a veces me responden como si todo lo que escribiera fuese mi diario, pues va a ser que no.


Hoy sí, hoy declaro amargos mis dedos, mi lengua, mis ojos y mis oídos. Hoy confieso que me harta que me hablen de lo bien que les va en sus vidas y lo afortunados que han sido desde el primer hasta el actual día, mientras me cuestiono el por qué la gente que me rodea cree que resulta una buena idea contarme lo fabuloso de su vida cuando yo les cuento algo a punto de llorar (insertar risas).

Creo que a lo mío se le llama egocentrismo, envidia, inmadurez.

Lo más seguro es que no tenga nombre y no tenga importancia.

Sí, éso debe ser.

1 comentario:

  1. la vida es un vaiven,demasiada complicada para entenderla ...solo te puedo decir q va a haber personas q siempre estaran contigo ...

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