lunes, 12 de mayo de 2008

Me gustaría empezar una historia en donde el orden de las palabras fuera perfecto, no me importa el sentido ni la intención. Aquello que atraería sería el correcto uso de una introducción, un intermedio con énfasis creciente hacia el éxtasis y el ocaso del relato.

No sé cómo hacerlo. Qué pena.

O no tanta.

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