En estos días que el trabajo lo es todo qué se puede contar.
Aparte de que ya tengo internet gracias a una bam que no sé si podré o querré pagar terminando el mes "gratis",
o de que ya compré el boleto de avión para ir a la boda de mi último hermano soltero,
o que fui del sur al norte y de regreso al sureste para ver a quienes quiero en menos de 10 días,
¿qué más puedo decir?.
Ah sí,
mi jefe a veces es la onda y a pesar de ser injusto (poquito y a veces nada más) lo compensó comprendiendo mi respuesta a esa actitud a través de dejar el trabajo 3 horas antes de la salida y un día después platicar conmigo para arreglar las cosas y
nenitainmaduralloronademí soltando lágrimas debajo de un caso que trataba de ocultar todo lo que se podía (excepto los mocos, porque oh sí, cómo lloré qué pena y qué mocosa me volví... ew) .
Qué vergüenza,
en mi obra habemos muchas mujeres, más de lo normal, y no, no todas somos así, creo que sólo yo soy parte de la estadística. Qué triste.
Demasiado cansancio para revisar lo que escribí, al menos lo intenté.
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