Para mí es más guapa la pelirroja de las ciruelas amarillas. El cine olía a nuevo, y el queso amarillo a sintético, que Jean Baptiste ni que nada, acá la que rifa soy yo.
Cuando muerdo un pellejito del labio, o encuentro una forma de tocar mi cabello para sentir cada fibra capilar estos actos se vuelven obsesión.
Andaba un gato pardo y una revista, creo que de arte, volando por las calles, el viento estaba tan fuerte que no sería exagerado ver pasar a tu lado una vaca y su sonoro mu.
Ayer pasé por un parque y tuve deseos inmensos de ir al zócalo de Puebla, sentarme en una banca verde, cerca de la fuente y quedarme ahí sólo a ver, la idea romántica del asunto estaría perfecta si la escena tuviera como tiempo un día frío. Ah la tranquilidad.
El asfalto caliente de las carreteras en Guerrero es el mejor, indica que estoy llegando a casa. Al diablo con las casetas caras, al fin que yo tomo el autobús.
Por último, lo único bueno de la película maya es el protagonista. Li-te-ral-men-te. Cada quién sus fantasías, ¿o no? (guiño, guiño)
domingo, 28 de enero de 2007
miércoles, 24 de enero de 2007
Para todo lo demás...
Video de pilates (casi sin usar): $200.00
Lata de coca-light: $7.00
Simitortillas que no engordan: $4.00 (el kg).
Supervisar un edificio de 3 niveles después de pasar 3 meses atornillada a una pc: no tiene precio.
Pero sí mucho dolor, auch, auch.
Lata de coca-light: $7.00
Simitortillas que no engordan: $4.00 (el kg).
Supervisar un edificio de 3 niveles después de pasar 3 meses atornillada a una pc: no tiene precio.
Pero sí mucho dolor, auch, auch.
domingo, 21 de enero de 2007
Domingo
Playera de color tristemente indefinido, tenis y cabello mojado me acompañan mientras cruzo el mar, dejando mi isla para acercarme a tierra firme, al continente, al cine en donde sí exhiben la película que deseo ver. Ahí creo que caminaré en la avenida y en la plaza que se parece a tantas plazas, con las franquicias que uniformizan al mundo, y aunque mi parte rebelde las detesta mi parte que entiende la comodidad de ser parte de un grupo me hace asentir, que si el café, que si el maki, que si la tienda con tallas que apenas cubren mi demanda. La felicidad está en cosas absurdas y en cosas profundas, pero este día no quiero dificultades, quiero la cosquilla y la reacción, sin la ceja levantada, el autodrama y la adolescencia tardía.
Es la forma en que me tranquilizo cuando el trabajo me pide otras habilidades, aún me siento de “chocolate” en el proyecto que estoy, aún siento que no ejerzo ninguna habilidad especial, me digo que estoy en el proceso, hoy siento que me creo.
El asunto es que el domingo es día de cine y no romperé la tradición.
Es la forma en que me tranquilizo cuando el trabajo me pide otras habilidades, aún me siento de “chocolate” en el proyecto que estoy, aún siento que no ejerzo ninguna habilidad especial, me digo que estoy en el proceso, hoy siento que me creo.
El asunto es que el domingo es día de cine y no romperé la tradición.
miércoles, 17 de enero de 2007
No, la repetición no fue por error, el hecho fue planeado para provocar una sensación de déjà vu (guiño guiño). Ok, la realidad es que no soy paciente y el res* No, la repetición no fue por error, el hecho fue planeado para provocar una sensación de déjà vu (guiño guiño). Ok, la realidad es que no soy paciente y no pude creer en el aviso que prometía la aparición del video... no, no, no, tenía que quedar estampado virtualmente desde ya. He ahí las consecuencias.
Hoy he visto a demasiada gente extranjera, más de lo permitido para mis índices de amor a mis semejante con los que desperté, tal vez va más allá, no sólo me irritaban las personas que hablaban en otro idioma, también me irritaban las personas con acento característico de esta zona del país, me irritaba hasta escuchar mis pensamientos y mi acento cantadito estilo sureño, ni qué decir de la mescolanza que me arrojaba la música que traía conmigo, que del norte, que british, que gangosita, que la mariquita que voló debería morir.
Hoy amanecí un poco amarga, pero se acerca febrero y olvido un poquito la preocupación, quizá la melcocha de los chocolates rancios, coranzones inflados de helio y animales afelpados me impregne un poquito y me permita sonreír con labios pegosteosos a mis semejantes y quizá, quizá hasta los pueda amar.
Ya siento que el espíritu amoroso me invade. O quizá sólo sea comezón.
Hoy he visto a demasiada gente extranjera, más de lo permitido para mis índices de amor a mis semejante con los que desperté, tal vez va más allá, no sólo me irritaban las personas que hablaban en otro idioma, también me irritaban las personas con acento característico de esta zona del país, me irritaba hasta escuchar mis pensamientos y mi acento cantadito estilo sureño, ni qué decir de la mescolanza que me arrojaba la música que traía conmigo, que del norte, que british, que gangosita, que la mariquita que voló debería morir.
Hoy amanecí un poco amarga, pero se acerca febrero y olvido un poquito la preocupación, quizá la melcocha de los chocolates rancios, coranzones inflados de helio y animales afelpados me impregne un poquito y me permita sonreír con labios pegosteosos a mis semejantes y quizá, quizá hasta los pueda amar.
Ya siento que el espíritu amoroso me invade. O quizá sólo sea comezón.
martes, 16 de enero de 2007
sábado, 13 de enero de 2007
Their wasn't any snow on christmas eve suena en un aparato que convierte a la canción en transmisión de radio a pilas.
Es la impresión que me da. Así como hay luces que duelen hay canciones que endulzan esa sensación. De lo que fue, que al recordarlo en esa forma, convierte el instante memorizado en perfección. Podría ser un impulso a recobrar lo que creo algún día fue.
La realidad es que me alejé tanto y con una media vuelta tan radical que ni por asomo puede alegarse una reversa dudosa (o demencia).
Olvidé el camino de regreso y ya nadie espera en la casa por mi llegada.
No lo digo de frente, ni de costado, ni en la forma que parece real. Es de esta forma porque yo soy así y no prometo cambiar, no puedo sostener ningún peso y ni siquiera sabría cómo empezar cuando los participantes están rendidos. Sería tan fácil cortar un pedazo de cinta adhesiva o remendar. Quizá está bien así, dejar las cosas en su lugar y volver a ser lo de antes, 3 años atrás, por mi lado hasta el final. Total, qué más da.
Ah menos que...
La verdad es que ni sé, estoy tan desubicada y fuera de lugar como mi estado festivo tremendamente tardío (que sirve para sobrellevar).
Christmas at the zoo * Flaming Lips
Y sí, es la misma canción que sale en los avances de espectáculos en el canal de sony, sobra decir que es casi el único canal que veo, shame on me (pero no tanta).
Es la impresión que me da. Así como hay luces que duelen hay canciones que endulzan esa sensación. De lo que fue, que al recordarlo en esa forma, convierte el instante memorizado en perfección. Podría ser un impulso a recobrar lo que creo algún día fue.
La realidad es que me alejé tanto y con una media vuelta tan radical que ni por asomo puede alegarse una reversa dudosa (o demencia).
Olvidé el camino de regreso y ya nadie espera en la casa por mi llegada.
No lo digo de frente, ni de costado, ni en la forma que parece real. Es de esta forma porque yo soy así y no prometo cambiar, no puedo sostener ningún peso y ni siquiera sabría cómo empezar cuando los participantes están rendidos. Sería tan fácil cortar un pedazo de cinta adhesiva o remendar. Quizá está bien así, dejar las cosas en su lugar y volver a ser lo de antes, 3 años atrás, por mi lado hasta el final. Total, qué más da.
Ah menos que...
La verdad es que ni sé, estoy tan desubicada y fuera de lugar como mi estado festivo tremendamente tardío (que sirve para sobrellevar).
Y sí, es la misma canción que sale en los avances de espectáculos en el canal de sony, sobra decir que es casi el único canal que veo, shame on me (pero no tanta).
jueves, 11 de enero de 2007
TV
Hace dos semanas despidieron a mi chef favorito, y no es que visite restaurantes gourmet, la nada glamourosa realidad es que no me pierdo cierto reality show del que no pude ver el principio para saber cuál es el premio, sólo sé que gana el que cocine mejor. Ahí reafirmé que hay cientos de sabores perdidos y millones de cosas más que no sé pero me gustaría saber, pero me disperso y no sé por dónde empezar. En realidad sí me he perdido varios capítulos y el muchacho al que le iba me caía bien por rubio natural y engreído.
Confieso que en las series de CSI y Justice cuando algún caso termina trágicamente por la condena de un inocente o por una muerte absurda (más absurda de lo que resulta per se) provoca en mí una depresión que dura aproximadamente 15 minutos (no cronometrados). Resulta algo patético que la irrealidad me afecte más que la realidad.
Pero,
qué guapo me parece Tom (Kerr Smith) y qué tristeza cuando Grissom pone cara de afectación profunda.
Estas líneas fueron para contar de mí, mis gustos televisivos y sus consecuencias. Un par de puntos y ya, fue todo.
Confieso que en las series de CSI y Justice cuando algún caso termina trágicamente por la condena de un inocente o por una muerte absurda (más absurda de lo que resulta per se) provoca en mí una depresión que dura aproximadamente 15 minutos (no cronometrados). Resulta algo patético que la irrealidad me afecte más que la realidad.
Pero,
qué guapo me parece Tom (Kerr Smith) y qué tristeza cuando Grissom pone cara de afectación profunda.
Estas líneas fueron para contar de mí, mis gustos televisivos y sus consecuencias. Un par de puntos y ya, fue todo.
miércoles, 10 de enero de 2007
Mandarinas para acompañar.
En la mano derecha, media mandarina; en la izquierda, el control remoto; sobre el estómago y apoyado en las piernas, un libro que apenas se mantiene abierto (gracias dorso de la mano izquierda); dentro de la boca mucha pulpa y unas cuantas semillas. La compañía perfecta del domingo que tardó en amanecer.
Hay arena en alguna parte del mundo y nieve que siempre espera, algunos recorridos son imposibles y más vale lo seguro. Quisiera creer.
Sueño, vigilia, otro rato de sueño, incorporarse por otra mandarina. Hay intervalos para ver en la tv a la muchacha que habla de una manera imposible y estudia en Yale, hay otros momentos para leer a la muchacha a la que la sangre la destruye (la suya, la de cerdo, qué más da).
Parar de creer, cuándo, hace meses; tan repentina o tan lentamente que el desliz pasó desapercibido, por qué, las prioridades cambiaron o simplemente se desvanecieron.
Es saber, en cierto momento, lo que se quiere, cómo lograrlo y con quién pero, al siguiente !plaf!: paralizarse. Así nada más. Paradoja explicativa: La cámara rápida terminó por invadir la vida y amenaza con llegar al final de la película sin haber entendido ni un poquito de todo lo que pasó (¿ves la figura que se queda fija en cada escena que corre como un tren? esa soy yo)
El domingo parece terminar tal y como llegó, siendo un simple receptor de sonidos, imágenes e ideas. Hay felicidad ahí, es tranquila aunque tiembla en la orilla de una duda, pero está. Es cuestión de dejar aires de grandeza, ¿o no?.
Hay arena en alguna parte del mundo y nieve que siempre espera, algunos recorridos son imposibles y más vale lo seguro. Quisiera creer.
Sueño, vigilia, otro rato de sueño, incorporarse por otra mandarina. Hay intervalos para ver en la tv a la muchacha que habla de una manera imposible y estudia en Yale, hay otros momentos para leer a la muchacha a la que la sangre la destruye (la suya, la de cerdo, qué más da).
Parar de creer, cuándo, hace meses; tan repentina o tan lentamente que el desliz pasó desapercibido, por qué, las prioridades cambiaron o simplemente se desvanecieron.
Es saber, en cierto momento, lo que se quiere, cómo lograrlo y con quién pero, al siguiente !plaf!: paralizarse. Así nada más. Paradoja explicativa: La cámara rápida terminó por invadir la vida y amenaza con llegar al final de la película sin haber entendido ni un poquito de todo lo que pasó (¿ves la figura que se queda fija en cada escena que corre como un tren? esa soy yo)
El domingo parece terminar tal y como llegó, siendo un simple receptor de sonidos, imágenes e ideas. Hay felicidad ahí, es tranquila aunque tiembla en la orilla de una duda, pero está. Es cuestión de dejar aires de grandeza, ¿o no?.
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