martes, 11 de julio de 2006

El día de las elecciones esperé 9 horas bajo el sol.

Irme a formar a la casilla especial de un lugar turístico a mis madrugadoras 8:30 domingueras no fueron suficientes para evitar una quemazón terrible (cosa que mis brazos y pecho despellejados pueden constatar).

A las 6 salí con el dedo a medio pintar porque ya no había tinta, con una nueva amiga comunicóloga que prometía narrar nuestra odisea en una nota (que si bien le iba saldría publicada en no sé dónde) y con un dolor de pies terrible, pero muy contenta, tenía esperanza y...

Y ya se me fue la idea, alguna vez regresaré.

Hoy, estoy de malas. Qué novedad.

chau!

3 comentarios:

  1. Cuando votar se convierte en un tormento chino... je... besos, abrazos y gracias por visitar mi blog...

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  2. y por que tanto tiempo para ejercer tu voto??? yo solo tarde 25 min.

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  3. todos teníamos esperanza y a todos se nos fue la idea...

    saludos

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