Tristemente es la formación que abunda en muchas corrientes que pretenden ser buenas pero solo matan la empatía por la simple razón de ser humanos. Ser empático o incluso bondadoso cuando hay recompensa o por miedo al castigo es una formación hueca que solo logra la exclusión y el odio.
Sobrepasar la individualidad, los lazos consanguíneos, la ficción de las religiones o de las nacionalidades hacia una comunidad global viviendo en el mismo planeta. Suena a utopía pero según este video no lo es, porque para que resulte necesitaría la noción de la mortalidad.
http://youtu.be/8Ro5CzSy0b4