domingo, 19 de octubre de 2003

Ahorita no...gracias.

venga más tarde por favor...

Gulp, uno pasa saliva o intenta hacerlo,
una capa ácida recubre los sentires y la pupila tiembla,
tres nubes se desgarran mientras flotan entre púrpuras y naranjas,
el silencio del otoño provoca la quietud de unas manos,
y esa parálisis maquila lágrimas.

¿O es la luz con olor a incienso?

¿O es el cabello que flota y las rodillas abrazadas?

¿O el sueño que fue expulsado por el tono de un celular?

No importa, al final nadie comenzó a llorar como se debe
...a gusto y con sales recubriendo la cara, las manos y hasta la barriga.

Al final un ¡chu! sirvió para espantar a la melancolía.

Pobrecilla, pero ya regresará y será recibida con pan de azúcar.

Esta vez no era su turno,

que tome el ticket y espere sentada al lado de esa cama,
la cubierta con la colcha azul, la rasposa.

Ahora es momento de Talita y Tráveler, del código entre dos.

Es momento de desgarrarse sin dolor.

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